"En paz me acostaré, y asimismo dormiré; porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado".
Salmo 4:8
Estimado/a amigo/a:
Mientras escribimos esta carta, nuestros corazones están cargados con el peso de la violencia y la guerra en curso. Nuestra tierra se ha convertido en un campo de batalla, y nuestra gente son las víctimas. Las sirenas se han convertido en la música de fondo de nuestras vidas, y la sensación de seguridad se ha convertido en un recuerdo lejano. En tiempos como estos, es importante recordar nuestras raíces y las promesas hechas que llevaron a la formación de esta patria.
Hace más de un siglo, la Declaración Balfour del 2 de noviembre de 1917 allanó el camino para la realización de un hogar nacional para el pueblo judío en la entonces llamada Palestina. Fue un momento decisivo que nos prometió un santuario, un lugar donde podríamos vivir, trabajar y criar a nuestras familias en paz.
El clima que condujo a la Declaración Balfour era muy complejo. Bajo el primer ministro David Lloyd George, el gobierno británico se volvió cada vez más receptivo a la idea de una patria judía. Varios factores influyeron en esta postura, desde la conveniencia política hasta una genuina obligación moral sentida hacia la causa judía. El documento fue un hito político y diplomático que sentó las bases para el moderno Estado de Israel.
Sin embargo, la reciente guerra que estalló el 7 de octubre ha destrozado esa sensación de seguridad y ha interrumpido la vida de muchas personas en nuestra comunidad.
Permítanos compartir con usted la desgarradora historia de Sivan Cohen, una de las miles de historias que están desgarrando el corazón de nuestra nación en este momento. Sivan y Yaniv habían sido inseparables durante los nueve meses que estuvieron juntos, construyendo una vida en el Kibutz Reim. En ese fatídico día, estaban disfrutando de una fiesta en el kibutz, un breve respiro de los factores estresantes de la vida diaria. Cuando sonaron las sirenas, el primer instinto de Yaniv fue tranquilizar a Sivan, sugiriendo que eran solo misiles y que pronto pasarían. A medida que se desarrollaba la realidad de la situación, Yaniv y Sivan encontraron un lugar donde esconderse, aunque él quería quedarse con el equipo de seguridad para defenderse de los asaltantes.
Ambos buscaron refugio, atendiendo a las personas heridas en el camino. Yaniv, incluso después de sufrir lesiones, recogió a tantas personas como pudo en su automóvil y continuó conduciéndolas a un lugar seguro, esquivando cuerpos esparcidos por la carretera. Al llegar a la base militar, fueron separados, tendidos en lados opuestos de un vehículo para cubrirse. Yaniv pronunció sus últimas palabras a Sivan, diciéndole que la amaba y que lo sentía. Horas más tarde, Sivan se enteró de su muerte, y ahora vive con el dolor insoportable de perder a alguien que la amaba incondicionalmente.
La historia de Sivan es una de las innumerables que muestran el horrible costo personal del conflicto actual. Las vidas están siendo destruidas, las familias destrozadas y los sueños convertidos en pesadillas.
Ahora más que nunca, necesitamos su apoyo. Su donación podría ayudarnos a ofrecer el apoyo médico, financiero y emocional tan necesitado a personas como Sivan que se han visto trágicamente afectadas por la guerra.
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Nuestros destinos están interrelacionados en tiempos de conflicto y paz, y esperamos sinceramente que elija estar con nosotros durante estos tiempos difíciles.
"Jehová dará poder a su pueblo; Jehová bendecirá a su pueblo con paz"
Salmo 29:11
Con sincero agradecimiento,
Barry y Batya Segal