“A Adonai presta el que da al pobre, y el bien que ha hecho, se lo volverá a pagar”.
Proverbios 19:17
Estimado/a amigo/a:
El Día del Padre es un momento de celebración y reflexión. Es un momento para reflexionar sobre la sabiduría que impartieron, el amor que expresaron y la fuerza que encarnaron. Esta celebración de la paternidad no se trata simplemente del pasado, sino del legado perdurable que nos han otorgado, un legado que continúa dando forma a nuestras vidas.
También es un momento para honrar no solo a los padres que han impactado nuestras vidas directamente, sino también a aquellos que han asumido roles paternales cuando más se necesitaron. Lo más importante es que es una oportunidad para reconocer al Padre supremo, nuestro Padre Celestial, que nos provee incondicionalmente y llena los vacíos dejados por los padres terrenales.
Al crecer, Barry y yo fuimos bendecidos por haber sido guiados por padres fuertes y cariñosos que transmitieron su amor, fuerza y sabiduría. Sin embargo, entendemos que esta no es la historia de todos. Para algunos de nosotros, nuestros padres biológicos pueden haber estado ausentes o menos que ideales. En esos momentos de necesidad, muchos han encontrado consuelo en los brazos del Padre perfecto que nunca nos falla.
Hay una profunda alegría en la paternidad, en saber que el amor y la guía que usted brinda pueden influir en las generaciones futuras. Esa alegría está envuelta en la esperanza de dejar un legado duradero, una huella poderosa que continúa afectando vidas mucho después de que nos hayamos ido.
La Biblia pinta un hermoso cuadro del amor y la guía paternal de Dios. Como Padre, Él nos aprecia, nos provee y nos guía por caminos de justicia. Él es el Padre que nos coge cuando caemos, nos enseña a distinguir el bien del mal, y nos ama incondicionalmente.
Así como la alegría de la paternidad radica en la esperanza de dejar un legado duradero, nuestro Padre Celestial nos proporciona un legado eterno, uno que da forma a nuestras vidas y se expande en las vidas de quienes nos rodean. Es un legado de amor, compasión y benevolencia.
Al celebrar a los padres y los legados impactantes que crean, los invitamos a reflexionar sobre el tipo de legado que desean dejar atrás. Hay una oportunidad ante nosotros, una oportunidad de hacer una diferencia que repercutirá en el futuro. Visión para Israel, con su ayuda, puede lograr un cambio duradero para las familias que más lo necesitan.
Este Día del Padre, considere el impacto que su legado podría tener. Dejar una herencia en donación a Vision for Israel es un testimonio de su compromiso duradero de ayudar a las familias israelíes, ofreciéndoles apoyo cuando más lo necesitan. Tal regalo no solo honra el espíritu de la paternidad, sino que lo encarna, ofreciendo orientación, apoyo y esperanza a los necesitados.
Por favor visite nuestro sitio web para aprender cómo puede dejar una herencia como donación que materializa este espíritu de paternidad, tanto humano como divino.
Gracias por considerar esta forma especial de dar.
Con Amor,
Barry y Batya